
Lo primero que me ha parecido al observar esta imagen es lo absurdo que le dice esta madre a su hijo que se sienta afortunado por tener donde jugar en una terraza tan amplia y el niño se queda como pensativo pensado en lo que le dice su madre que el bien sabe que eso no es un espacio grande para estos niños un espacio grande es un lugar donde se pueden desplazar y mover libremente sin obstáculos, sin pérdida de bajarse de la bici para darse la vuelva…..
No creo que un niño se sienta afortunado pro tener una terraza donde jugar ya que este espacio es muy reducido y para este se sentiría mejor para jugar libremente en la calle en espacios más grandes, en lugares destinados para el juego y sobre todo con más amigos ya que es muy triste que un niño juege solo ya que no interactúa con los demás.
Toda actividad en la que un niño o niña juega, proporciona un campo de intereses que pueden ser explorados a través del juego. De hecho la mayoría de los temas a los que juegan los niños son extraídos del conjunto de actividades en las que se ve envuelto cotidianamente. Muchas actividades requieren la presencia de determinados objetos y materiales, un espacio concreto y un tiempo determinado. Los niños también necesitan estos objetos, espacio y tiempo pero pueden conformarse con sustitutos de los verdaderos y sustituirlos por otros que se les parezcan en algo o que permitan que se desarrolle la actividad lúdica de manera que se salve lo fundamental de dicha acción. Esto es una suerte porque así con pocos recursos pueden reproducir múltiples actividades a las que no tendrían acceso si verdaderamente fuera imprescindible contar con los elementos precisos de forma realista.
Los niños desean y necesitan su propio espacio donde poder crear y soñar, una especie de refugio que les permita hacer volar su imaginación. Es absolutamente necesario que los niños tengan un espacio para jugar.
Jugar al aire libre es importante para el crecimiento y desarrollo de los niños de todas las edades. Además, es una de las experiencias más agradables y divertidas que podemos ofrecer a nuestros hijos.
Jugar en espacios abiertos ofrece múltiples posibilidades para relacionarse, para investigar y para explorar qué hay más allá de las paredes de casa, de la televisión, de Internet y de los videojuegos. Además, los juegos al aire libre son fundamentales para mantener a los niños activos.
El juego es beneficioso casi en cualquier lugar y en cualquier momento, pero el espacio al aire libre nos ofrece muchas y muy diversas posibilidades para disfrutar de la naturaleza y de los compañeros de juego.
Los parques, la arena de la playa, las calles o las plazas públicas suelen ser excelentes entornos para favorecer la socialización infantil, facilitando así el juego compartido y las nuevas experiencias lúdicas con otros niños y niñas.
El primer dilema que han de resolver los niños en el juego libre suele ser a qué se juega, con quién y cómo. Son pequeños problemas que exigen cierta capacidad de diálogo, de cooperación y de compromiso. Ser capaces de decidir y obedecer las reglas del juego permite a los niños desarrollar su capacidad de escucha, de ponerse en lugar del otro o de flexibilizar sus puntos de vista, capacidades básicas en el proceso de socialización.
Niños y niñas de todas las edades han conocido nuevos amigos en estos espacios abiertos y su tiempo de juego compartido con otros les ha enseñado a negociar, a escuchar a otros, a planificar conjuntamente, a respetar y a conocer otros puntos de vista, etc.
En general los espacios abiertos, al aire libre, con gente, y espacios destinados para el juego como parques y demás es lo más interesante.
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